Mitos y Leyendas V


Esta entrada es muy especial porque se refiere a un barrio donde uno de los otros vivió su infancia y pasó hermosos momentos en su vida. Un barrio que lleva en el corazón y que le despierta numerosos recuerdos, sensaciones, emociones, etc. (y hasta se le "pianta" un lagrimón).

Nos estamos refiriendo al barrio de Parque Chacabuco, que queda ahí nomás de Caballito, el barrio que vimos en la entrega anterior. No hace falta que aclaremos que el centro del barrio es precisamente el famoso y hermoso Parque Chacabuco.

Es hora que les contemos una historia acerca de un personaje que se relaciona con este barrio, un relato que encenderá su curiosidad.

  


Al principio de esta entrada en el blog les comentamos que el barrio y el parque era muy querido por nosotros, en especial por quién nació y se crió en él, como les puede pasar a muchos de uds y/o a sus familias. 

El parque hace muchos años sufrió una quita importante en su superficie, provocada por un corte que se hizo al mismo para ceder el paso a la Autopista 25 de Mayo. Para muchos esa autopista es una solución para movilizarse con más rapidez, pero para quiénes nacimos allí fue algo de lo que aún no pudimos recuperarnos, como también lo refleja este melancólico poema de Élida Acri, quién recuerdos aquellos hermosos años:

RECUERDOS

A mí se me hace triste el barrio de mi infancia

¡Cuántos  muertos queridos! ¡Qué sola está mi calle!

 

A mí se me hacen lejos las horas de los juegos,

con amigas borrosas, ahora a la distancia;

Los chicos de la cuadra, mi hermano y sus amigos,

jugando a la bolita, pateando una pelota…

 

A mí se me hace un eco la letra de algún tango

cantado por  mi padre, la voz de Fioravanti,

un domingo a la tarde, en la quietud del patio.

 

A mi se me agigantan, como dulces fantasmas,

el tranvía amarillo, el carro del lechero.

Y me suena lejana la voz del organito,

el pregón de un viejito ofreciendo un cartucho

cargado de maníes, calientes y dorados,

en una tarde fría, en la calle Asamblea.


¡Me parecía tan grande el Parque Chacabuco!,

el rosedal, la fuente, los “sapitos” y el chorro

cristalino del agua, mojándonos las manos.

Tan grande parecía caminando en mi infancia.

y hoy mis hijos lo cruzan por la nueva autopista

que indiferente y fría, en nombre del progreso

lo ha dividido en dos, lo mismo que a mi vida:

un antes y un ayer, mi infancia y mi presente.

 

¿Mi realidad de hoy?: una hermosa familia,

unos muy buenos hijos, y un marido ejemplar.




Volvamos a lo nuestro y para terminar...saben quién es el Rey del Parque Chacabuco?

Se los presentamos:

                           

 Este yaguareté es el Rey y quién cuida el parque día y noche. Los invitamos a que investiguen y descubran su historia y  los motivos que lo llevaron a estar por ahí.


Saluditos y recuerden no jugar con fuego, porque es muy peligroso


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